Conviene beber la cerveza en jarra o en copa y así se provoca la liberación del gas carbónico y la formación de la espuma.
La espuma no debe superar los tres centímetros de espesor y debe ser blanca, cremosa y con buen aspecto.
Una cerveza lager o rubia debe presentar un aspecto vivo, nunca turbio y además ha de ser brillante.
Cuanto más tostada está la malta, más oscura debe ser la cerveza.
Las jarras y las copas deben estar frías pero nunca congeladas, es decir, antes de ponerla en el congelador asegúrate de que está seca, ya que los residuos del hielo modifican el sabor final de la cerveza.
Ahora ya podemos disfrutar de una cerveza apreciando todo su sabor. ¿Gustas?